lunes, 4 de octubre de 2010

EL KENDO

Desde el primer palo o hueso, las primeras armas de piedra, y más tarde las de metal, las armas han evolucionado, y con ellas la forma de utilizarlas, pasándose de los movimientos puramente instintivos a unas técnicas complicadas y estudiadas que permiten el ataque y la defensa con las mayores garantías de éxito posible.
El kendo o esgrima japonesa surgió a partir de la evolución natural de las técnicas del uso del sable. Al igual que la esgrima occidental no apareció de pronto ni fue desarrollada por una o varias personas en particular, sino que, a lo largo del tiempo, se fue perfilando a partir de experiencias en combate. Lógicamente, existieron personas que crearon escuelas y escribieron normas que reglamentaban la utilización del sable, y todo ello unido fue componiendo la técnica hoy denominada kendo y que en un principio se denominó kenjutsu o arte del sable (ken-sable, jutsu-arte), pero que más adelante, con su evolución y el añadido de componentes místicos y filosóficos, pasó a denominarse kendo o vía del sable. Antes de seguir adelante, haremos notar que para entender el espíritu del kendo en profundidad hay que tener en cuenta que en Japón el sable ha representado algo más que un simple instrumento de muerte, hallándose muy enraizado en las tradiciones místicas y espirituales niponas.
Las diferencias entre el kendo y la esgrima son importantes. En Occidente, las armas (espada, florete o sable) se sujetan con una sola mano y el cuerpo se coloca en posición ladeada para presentar el menor blanco posible al adversario. A diferencia de Occidente, en el kendo se sujeta el sable con las dos manos y la posición de los combatientes es frontal, teniendo los golpes de punta un papel secundario. Se trata de dar el menor número de golpes posible, ser capaz de acabar con el adversario con un solo movimiento rápido, preciso y definitivo. A ello estaba dirigido el entrenamiento del kenjutsu en los tiempos en que dominar el sable era cuestión de supervivencia y no un mero deporte. Practicante de Kendo Las diferentes mentalidades se dejan sentir también en los ataques y defensas, pues no hay que olvidar que tanto las técnicas de la esgrima como las del kendo surgen de experiencias en combates auténticos de pueblos con características muy diferentes tanto en el terreno mental como en el físico.
Las armas han sido creadas por el hombre como un utensilio que viene a cubrir una necesidad concreta: la defensa y el ataque, en principio contra los animales, pero que más tarde acabaría usando contra sus semejantes. Con el paso del tiempo, las armas se perfeccionan y especializan, diferenciándose las utilizadas para la caza de las que lo son para la guerra. De esta forma llegamos a una de las armas más utilizadas durante siglos por los hombres en sus luchas cuerpo a cuerpo: el sable.

IAIDO: El iai es la técnica del desenvainado.
Estas técnicas nacieron en la época en que el kendo se practicaba con sable auténtico y en combates reales y fueron creadas para afrontar las situaciones en las que estando sentado, tumbado o en cualquier otra postura se era atacado teniendo el sable envainado.
La técnica en si consiste en desenvainar (nukisuke), cortar (kirisuke), sacudir la sangre de la hoja (ciburi) y envainar (noto), como hemos dicho, desde diferentes posturas, y quees lo que podríamos denominar los movimientos fundamentales del iai. Prácticamente, toda la acción transcurre en un solo movimiento equilibrado, preciso y limpio.
Si por cualquier causa la reacción al ataque sufrido por sorpresa no resolviera la situación con el iai y hubiera que proseguir el combate, éste ya entraría en los dominios del kendo propiamente dicho con todas sus técnicas, pues, como queda señalado, el iai sólo se refiere a la técnica del desenvainado y no al combate en sí.
En las distintas escuelas se practicaban determinados golpes en distintas posiciones de salida y los alumnos debían, asimismo, imaginarse todo tipo de circunstancias y situaciones y resolverlas de forma satisfactoria con ejercicios. Hoy en día, el kendo se practica con sable de bambú (shinai) y su práctica deportiva no exige dominar la técnica del desenvainado, pero el iai es muy practicado, probablemente, por la fuerte carga romántica y tradicional que encierra el uso del auténtico sable y la belleza y equilibrio de sus movimientos.
De esta forma, quien ya conoce el uso del sable de bambú se suele interesar por el iaido. Hay que tener en cuenta que el kendo se puede dominar perfectamente sin ningún conocimiento del iai, pero para practicar el iai es necesario conocer bien el kendo.
Actualmente, el iaido se practica en forma de katas, en las que se tiene muy presente la limpieza de la ejecución, el control de los movimientos, la suavidad y el equilibrio de los mismos y sobre todo el "zanshin" o presencia de ánimo y coraje.
Existen competiciones donde los espadachines deben demostrar su habilidad cortando de un solo tajo haces de paja del grueso del cuerpo de un hombre y troncos de bambú de hasta 15 cm. de diámetro, puntuando además la velocidad y limpieza del golpe y su movimiento. Una de estas competiciones, que reúne a los mejores especialistas de Japón, se celebra anualmente en el templo de Kumara Dera, en Kyoto, el 15 de junio.
Cuando se practican las diferentes katas, aunque se actúa en solitario, hay que imaginarse que se es atacado por enemigos reales (uno o varios, según los casos) para intentar sentir la sensación de peligro y alta concentración que nos proporcionaría un ataque real, y no comportarnos como si practicáramos un simple juego de salón o un mero ejercicio físico.
Una de las formas de recordarnos esto es practicar el iai con sables extremadamente afilados que no nos permiten el juego y la distracción.
Final de la kata con el envainado que acaba con la rodilla izquierda en tierra y ultima posición en pie.
LOS SABLES: Como hemos visto, el sable es el arma que provoca la aparición del kendo y el iaido, en cuanto que son técnicas desarrolladas a partir del uso del mismo. De estos sables, incorrectamente llamados "sables samurai", existen varios tipos bien diferenciados. Una primera clasificación podríamos hacerla distinguiendo entre los sables tachi y los daisho.
Las diferencias a primera vista no son muy notables, pues tanto su tamaño como su forma son similares: ambos poseen la típica hoja curva de un solo filo y el característico mango largo, pero entrando en detalles notaremos las siguientes diferencias:
El sable tachi es un sable creado para ceremonias y paradas militares o celebraciones cortesanas, profusamente decorado y su hoja grabada con hermosos dibujos. Una especie de sable de gala, raramente usado en combate. Se colgaba del cinturón con unas cintas que pasaban por unas anillas sujetas a la funda por abrazaderas metálicas.
El sable daisho era más sobrio, menos decorado. Era la verdadera arma del samurai. Se sujetaba con una cinta que pasaba por un ojal de madera adosado a la vaina. Existen dos tamaños. El mayor se llama katana y el menor wakizashi.
El katana es el más conocido, y es un sable para usar con las dos manos, aunque en momentos determinados se püede manejar con una. El wakizashi se maneja con una sola mano.
En todos los casos, las guardas tsuba suelen mostrar hermosas decoraciones y filigranas.
Para guardar los sables existen unas cajas decoradas, de madera, denominadas katana zutsu, y unos soportes, llamados katana kake.
En realidad, los sables hechos en los últimos años, prácticamente desde la última guerra mundial, no se pueden considerar auténticos sables de samurai, pues los procedimientos seguidos tradicionalmente para su fabricación ya no se respetan, habiéndose sustituido el templado y forjado a mano por procedimientos industriales.
Antiguamente, la fabricación de un sable era una suerte de rito mágico que alcanzaba todas las etapas del proceso. El forjador (kaji) era una especie de sacerdote o mago que seguía unos ritos precisos desde la extracción del hierro y los posteriores tratamientos del mismo a la acción del agua y el fuego hasta el resultado final: el katana.
Aún existe hoy, en la fragua de lnami Hakusui, en Tokio, el antiguo libro de oraciones que es todavía desempolva cuando hay que hacer un sable destinado a alguna alta personalidad. Pero estas antiguas técnicas se han extinguido ir desapareciendo aquellos viejos artesanos que aún mantnían viva la tradición.
El sable japonés empieza su historia alrededor del año 900. Anteriormente se usaba un sable de origen chino, porque en realidad, los primeros forjadores eran de este país y los otro que se hacían eran imitaciones de los chinos con hoja recta. Los centros de fabricación más célebres fueron Yamato y Sansin.
A partir del año 900 se inicia una evolución y aparecen 1os primeros modelos de hoja curva, que poco a poco se impondría y que se mantiene hasta nuestros días sin apenas cambios. Por aquel entonces se hicieron famosos los centros producción localizados en cinco provincias por la calidad. Sus realizaciones, llegándose a fabricar en estos lugares conocidos con el nombre genérico de "las Cinco Escuelas" hasta el 80 por 100 de los sables de la época.
Cada una de estas "Cinco Escuelas" tenía sus propios métodos de fabricación e impusieron sus técnicas hasta el siglo XVI.
Sus nombres eran: Yaato, Bizen, Soshu, Yamashiro y Minori. En la época posterior, conocida como "Período del Nuevo Sable", que va de 1530 a 1867, se pierden los métodos tradicionalmente seguídos por estas escuelas. La longitud del sable disminuye y el arte de su fabricación declina. Aparecen armas con las hojas profusamente decoradas con recargados grabados de arbustos, dragones y símbolos la mayoría de las veces extravagantes.
Llegamos a la época moderna, que se inicia en 1868 con la dinastía Meiji, que como ya vimos significa para el Japón la apertura a las influencias occidentales, con todos los cambíos que ello significó.
En este tiempo, los sables son exportados de forma masiva a Occidente, comprados por museos y particulares perdiéndose en muchos casos piezas de indudable valor artístico histórico.
En 1926 se inicia la era Showa y se crea la Academia lmperial del Arte, que recopila las piezas de interés y se interesa por los trabajos artísticos y artesanos tradicionales, creando colecciones de sables y tsubas que normalmente son obras de arte por sí mísmos.
Actualmente, como ya se dijo, no quedan ya prácticamente artesanos que elaboren los sables con las antiguas artes, las nuevas técnícas hacen que se pierda la leyenda.
EL EQUIPO: Traje de Kendo Al principio, el aprendizaje del kenjutsu se hacía con sables auténticos y sin protecciones, lo cual lo hacía peligroso. No era raro que durante las prácticas o la realización de las katas, los practicantes, maestros y alumnos sufrieran heridas que en ocasiones eran de consideración. Así, varios maestros de la época Edo (1603-1867), entre los que estaban Toranishi Kanshin y Ono Tadake, empezaron a utilizar una armadura que protegía a los rivales. Esta armadura estaba inspirada en las utilizadas por los samurais y constaba de un casco y otras piezas de cuero, metal y bambú, que protegían cabeza, pecho, costados y brazos. Esta coraza fue poco a poco perfeccionándose hasta llegar al actual equipo, que consta de un casco protector para la cabeza (men), consistente en una máscara de enrejado de hierro con faldones a los lados fuertemente acolchados y protección rígida para la garganta. El peto (do), de gran dureza y que suele tener bambú por fuera o por dentro y que protege el tronco. Una faidilla corta (tare) acolchada y que cubre el bajo vientre y caderas, y las manos y muñecas protegidas por unos guantes (kote) gruesos y acolchados.
El maestro Ono había inventado también un sable hecho de bambú (shinai), que algo perfeccionado es el utilizado hoy en competición y entrenamiento. Fue uno de los alumnos del maestro Ono, llamado Chuta Nakanishi, quien alrededor de 1750 desarrolla los kote y perfecciona el shinai.
El mismo Nakanishi funda una escuela donde utiliza estos accesorios, logrando espectaculares resultados entre sus alumnos, pues con la armadura y el shinai es posible golpear y atacar sin temor a las heridas, lográndose velocidad y técnica en corto tiempo. Este éxito hace que poco a poco las demás escuelas de Japón adopten el shinai tras algunas reticencias. El shinai es un sable compuesto por cuatro cañas de bambú unidas en sus extremos por dos piezas de piel, una pequeña en la punta y otra mayor en el mango, unidas y tensadas por un cordón. Lleva además una guarda o tsuba de caucho de forma circular.
El hecho de estar formado por cuatro lamas se debe a la necesidad de restarle potencia en el golpe y, por tanto, hacerlo menos peligroso. Con ello, además se le hace más flexible y al mismo tiempo, por su sonido, el árbitro de un combate puede estimar la bondad y limpieza del golpe.
Las medidas y pesos reglamentarios de los shinais son:
Infantiles: menos de 112 cm de largo y de 375 a 450 g de peso.
Juveniles: menos de 115 cm de largo y de 450 a 485 g de peso.
Adultos: menos de 118 cm de largo y de 485 g de peso mínimo. Bajo el equipo protector, el practicante de kendo viste un hakama o falda-pantalón muy amplio, con pliegues, y un kendogui o chaquetilla similar a las de judo, pero de un tejido más ligero. En la cabeza, bajo el men, se coloca un pañuelo de algodón. Por último, para las katas se emplea un sable de madera dura llamado bokuto, de forma y tamaño similar a la katana.
LA PRACTICA DEL KENDO. POSICION Y GOLPES BASICOS
Kamae (guardia básica): Hay cinco posiciones de kamae, pero sólo explicaremos la de chudán no kamae, que es la base del resto y está considerada como la más eficaz.
La posición es como sigue: el pie derecho apoyado plano sobre el suelo y el peso del cuerpo ligeramente sobre esa pierna, sin rigidez. Las puntas de los pies hacia adelante. El pie izquierdo más retrasado y el talón algo levantado, pero muy ligeramente. La punta del pie izquierdo a la altura del talón derecho y separados uno de otro por unos 20 cm. El shinai, cogido con las dos manos, con el puño izquierdo en el extremo del mango y a un puño de distancia del ombligo. El puño derecho, unos veinte centímetros más arriba, cerca del tsuba. El cordón del shinai hacia arriba y su punta dirigida a la garganta del contrario. El cuerpo, frontal al adversario y a una distancia tal que los shinais se crucen a unos cinco centímetros de sus puntas. Se empuña el arma haciendo la fuerza con los dedos meñique y anular de la mano izquierda, usando la derecha, más que para potencia, para dirigir el golpe. El cuerpo, en postura no forzada, con hombros y brazos relajados. La cabeza erguida y la mirada en los ojos del contrario. Las piernas, sin tensión, prestas a realizar cualquier movimiento. A partir de kamae ya podemos empezar a practicar los golpes básicos, que solamente son cuatro: men, kote, do y tsuki. Toda la técnica del kendo gira en torno a estos golpes, sus variaciones, series, combinaciones y defensas respectivas. En kendo, los golpes se dan con los brazos, pero acompañando la acción con todo el cuerpo. Haciéndolo avanzar con el pie derecho decidido hacia delante, golpeando en el suelo con un fuerte pisotón al tiempo de golpear con nuestro shinai y lanzar el grito ikiai! correspondiente al lugar golpeado en una acción rápida y simúltanea de un solo tiempo. Inmediatamente, el pie izquierdo que nos impulsó hacia adelante se adelanta a su vez para ponerlo en su posición habitual de kamae. En el momento de golpear, los brazos se estiran completamente, girando un poco las manos hacia dentro y recordando que la fuerza la aplicamos sobre todo con el brazo izquierdo, y más concretamente con los dedos meñique y anular de la mano izquierda. Men-uchi (golpe a la cabeza): La cabeza (men) se puede golpear frontalmente o de forma ligeramente ladeada. Para el golpe frontal (shomen-uchi) se alza el shinai y se baja verticalmente estirando los brazos, avanzando el pie derecho y gritando imen! Para los golpes laterales se procede de igual forma, pero al bajar el arma se hace con una ligera inclinación de unos 45 grados.
Empezar el ejercicio con movimientos amplios y lentos, para poco a poco hacerlo más corto y rápido.
Kote-uchi (golpe a la muñeca): Básicamente, se golpea siempre el koté derecho del adversario.
Posición básica de guardia (chudan no kamae).
Mirar a los ojos y no a las manos de el adversario. Realizar el golpe de la misma forma que para el ataque a men. No olvidar recoger rápidamente el pie izquierdo, para no dejar las caderas atrás y el cuerpo muy abierto.
Do-uchi (golpe al tronco): La misma técnica básica que para los anteriores. No mirar más que a los ojos, pero sin perder de vista todo el cuerpo. Podemos ayudarnos en el giro de muñecas, cuando golpeamos frontalmente en vez de un costado, subiendo la mano izquierda hasta juntarla con la derecha. Es importante poner especial cuidado de no perder la vertical del cuerpo.
Tsuki (golpe a la garganta): Se puede hacer con una sola mano o con las dos y se puede dar por el lado derecho del shinai contrario (omote-tsuki) o por el izquierdo (ura-tsuki). Si se realiza con una sola mano -la izquierda- (katate), se adelanta el cuerpo un paso, al tiempo que se golpea de punta el cuello del adversario a la altura de la garganta, sin levantar el puño izquierdo y con el cuerpo vertical. El kiai es "tsuki". La mano derecha se pone junto a la cadera en el momento del golpe, pero se vuelve en seguida a kamae. Para darlo con las dos manos (morote) se procede prácticamente igual, sin levantar los brazos y girando las manos hacia dentro al dar el golpe. El golpe se da con todo el cuerpo y no sólo con los brazos. El hecho de darlo por una parte u otra del arma del contrario no varía la forma de ejecutarlo.
Golpe a la muñeca (kote uchi).
Golpe al tronco (do uchi), golpeando un costado.
Golpe a la garganta (tsuki) con las dos manos (morote).
Golpe al tronco (do uchi), golpeando frontamente
Golpe a la garganta (tsuki) con una mano (katate).

No hay comentarios:

Publicar un comentario